Un hombre decide formalizar su relación con su novio yéndose a vivir con él, pero se ve obligado a hacerse cargo de su hijo, que vive en España y al que no ha visto desde hace años. No le resultará fácil restablecer la relación afectiva con él, quien además es atacado por un grupo de homófobos.
El compositor desarrolla su creación en los terrenos de lo lírico y lo dramático, de modo equilibrado. La música dramática es sentida y emotiva, pero no melodramática sino austera y contenida. Frente a ella, música de gran poderío evocador, que otorga vitalidad y energía, llenando los espacios de positivismo, fortaleciendo a los personajes, a quienes trata con afecto y respeto, en ningún momento edulcoradamente sino con elegancia, e involucrando al espectador. Todo, entrelazado con un muy bello tema principal referencial que conoce algunas transformaciones (que abarcan distintos estados de ánimo) y que el compositor expande o retrae de modo natural.