Un gigantesco tsunami invade de agua un supermercado, donde deja atrapados a todos los clientes, y a un enorme tiburón blanco.
Partitura en la que ambos compositores sacan buen partido de los códigos del género, sin pretender hacer nada original pero cumpliendo eficientemente su cometido: duelo musical entre música agresiva y hostil, poderosa, contra temas drámaticos de tono moderadamente desolador, que finalmente se libera, dejando al espectador agotado con tanta lucha. Que es lo que se pretende.