Una sintecho que vive en París encuentra una noche de invierno a un niño eritreo de 8 años, y ambos intentarán encontrar a su madre.
Hermosa creación que aporta delicadeza, emotividad e intimismo al filme y que une a los dos protagonistas en lo afectivo. Expande una impresión de bondad e inocencia y cuenta con un bello tema final.