Videojuego de rol por turnos, secuela de Baldur’s Gate II: Shadows of Amn (00).
Reseña de Ignacio Marqués Cuadra
(Reseña provisional a falta de completar estudio en videojuego)
Veintitrés años después del lanzamiento de la segunda entrega principal de la serie, Baldur’s Gate II: Shadows of Amn (00), llega de la mano de Larian Studios la esperadísima tercera entrega, con un diseño de juego un tanto diferente a los dos originales, pero cuyo reconocimiento ha sido prácticamente unánime. En cierto modo, también la banda sonora a cargo de Borislav Slavov se aleja un tanto de lo hecho por Michael Hoennig en las dos primeras entregas de la saga (bandas sonoras míticas, muy bien consideradas por los aficionados a estos juegos). Y pese a que Slavov procura no traicionar ni la esencia ni la fórmula original de contar con un grandísimo tema principal que estructura musicalmente toda la aventura, también logra mantenerse muy fiel a su propio estilo y lo dispone completamente al servicio del videojuego. Es una creación extensa con grandes momentos extraordinariamente épicos y un lirismo embriagador en la que resulta singularmente destacable el uso del coro masculino: aporta un color de brujería que resulta tenebroso a la vez que muy genuino ya que, en cierto modo, funciona como una suerte de evocación de los cánticos de brujos. El tema principal se asocia desde el comienzo de la aventura al grupo de héroes protagonistas mientras que el formidable contratema del Azotamentes (el gran enemigo del juego) equilibra la balanza de fuerzas a nivel musical.