Sátira sobre el Hollywood de los años cuarenta con la destrucción de un brillante autor teatral que llega a la Meca del Cine con un contrato que le convierte literalmente en un esclavo.
Banda sonora de pausadas y dramáticas melodías, en las que el compositor hace subyacer cierta carga de tensión, pero sutilmente. El piano y algunas percusiones son los instrumentos más destacados en un temario musical homogéneo que tiene en su conjunto un carácter nostálgico. Se acompaña de la banda sonora de Fargo (96).