Documental sobre un año en la vida de cuatro bebés de diferentes partes del mundo: Mongolia, Namibia, San Francisco y Tokio.
El compositor aplica una singular partitura en la que elude adoptar una perspectiva paternalista y protectora, la del adulto que contempla el despertar a la vida del bebé. Por el contrario, su creación viene a ser una emulación musical de la perspectiva infantil, y para ello desarrolla un temario sencillo pero muy efectivo, donde utiliza los distintos instrumentos y las voces extrayendo de los mismos su potencial más básico y elemental, puro e inocente. Naturalmente solo es una apariencia, porque, como no podía ser de otra manera, la suya es una obra emotiva y accesible pero también sofisticada. Su tema principal es mágico.