El fin de semana en un lago de una adolescente y su padre toma un rumbo inesperado cuando aparece un grupo de convictos.
Entre esta banda sonora y la nada habría sido prácticamente preferible la nada, pues al menos no poner música no sería una falta de respeto hacia esta. La banda sonora de este filme es música transformada en efectos sonoros, aplicados para recrear el terror y generar entornos tóxicos, algo que podría hacerse estupendamente bien con música real que, además, dijera algo, comunicara emociones o intenciones, que diera alguna indicación o información. Nada de eso hay, tan solo la completa irrelevancia y el vacío de una interminable sucesión de minutos con música que no es música sino efectos de sonido que, además, se hacen mucho peores cuando quieren tener la apariencia de ser música o cuando parece una mala imitación de Dunkirk (17)