Usuario: Mikel C.G Siw
Fecha de publicación: 30.07.2020
En este mundillo de los videojuegos hay de todo; juegos que salen al mismo tiempo en Pc y consola, juegos que salen solo en Pc, juegos que salen solo en consola, juegos que salen en Pc y luego en consola y, para terminar, juegos que salen en consola y después en Pc. Este último es el caso del extraordinario “Beyond Two Souls”; una genialidad pura que parecía destinada para siempre exclusivamente al catálogo de la máquina de Sony… pero que gracias a Dios ha visto finalmente la luz también en Pc, una feliz noticia para mí pues yo juego en el ordenador. Teclado y ratón y mil aventuras. Siempre con tarjeta gráfica potente y memoria ram de sobra, entre otras cosas. Desde niño he sido jugador de Pc, algo que me enorgullece. Al igual que con sus hermanas las consolas, jugar en el Pc tiene muchas virtudes y algunas desventajas, aunque honestamente creo que es la mejor plataforma de juegos que puede existir; siempre a la vanguardia en tecnología e innovación.
Grandes maravillas había oído de este videojuego, sobre todo de colegas “consoleros” que lo alababan abiertamente. Por lo demás, no había visto ni una sola imagen de él. Ahora, con la aventura concluida por primera vez (y la de veces que me lo pasaré en el futuro…) puedo simplemente decir que es una auténtica obra de arte, profunda y emocional, variada e intensa. Uno de los juegos más apasionantes que he jugado en toda mi vida, el cual pasa directamente a mi top personal del arte digital; donde habitan obras como “Max Payne”, “Mafia”, “Half-Life 2” o “Crysis”, entre otras exquisiteces inolvidables… El estudio que ha creado “Beyond Two Souls” no me era desconocido; pues en 2005 tuve la oportunidad de jugar a su “Fahrenheit”, una aventura que ya en su día revolucionó varios aspectos del género con pasmosa sensibilidad y elegancia. Evidentemente, este “Beyond Two Souls” lo supera en distancias siderales; aunque eso no es un reproche a “Fahrenheit” sino más bien un sincero elogio a los chicos y chicas de Quantic Dream, quienes llevan años perfeccionando su técnica y volviéndose los mejores en su campo. Algunos (unos pocos) critican sus videojuegos por la (en apariencia) simpleza de sus dinámicas jugables, tildándolos de “películas interactivas” y aburriéndose con sus propuestas. Supongo que cada uno es libre de divertirse con lo que quiera, pero creo que hay que ser un insensible para no reconocer el arte, la poesía y el dolor de un videojuego tan bello como “Beyond Two Souls”. Ciertamente es un juego muy cinematográfico, estética y formalmente. Pero ello no es en absoluto algo negativo, al menos para mí. De hecho, desde siempre ha habido juegos que parecían películas. Aunque es todavía un arte recién nacido, los videojuegos tienen ya su propio lenguaje y sus códigos específicos, y el hecho de que algunos de ellos se parezcan a una peli ha de entenderse como un impulso más en la escalada hacia la cumbre de la grandeza artística. También el cine ha tomado siempre elementos de otras artes, como la pintura o incluso la escultura, con la diferencia de que en el cine hay avance del tiempo y en las otras no. Si Hollywood lo ha hecho desde siempre también los creadores de videojuegos deberían poder hacerlo, sin mayores perjuicios para nadie.
“Beyond Two Souls” es la historia de Jodie, una chica especial en contacto constante con lo sobrenatural. A lo largo del videojuego asistimos a diferentes momentos de su vida, pertenecientes a su vez a distintas etapas de su existencia; algunos en la niñez y otros durante la vigorosa juventud. Son pequeños relatos, magníficos todos y perfectamente entrelazados los unos con los otros. Y aunque hay momentos de luz y reposo, la mayoría de sus vivencias son particularmente tristes. Jodie no tiene la culpa de nada, pero su lado místico la impide llevar una vida normal. Es desdichada e incomprendida, y solo trata de sobrevivir a los continuos golpes que el destino le va propinando. Tiene un corazón radiante, la mirada sincera y deja huella, para bien o para mal, con su presencia. Destacar también el aspecto meticulosamente realista y emocional que muestra esta Ellen Page virtual; pues no olvidemos que la actriz prestó su imagen (y presumo que también la voz en la versión original) para el videojuego, igual que el gran Willem Dafoe. Jodie es, sin duda alguna, uno de los personajes con los que más he empatizado en un videojuego. Si fuera una chica real intentaría ligármela o, por lo menos, invitarla a un café. Jodie transmite más y tiene más vida que la mayoría de actores y actrices que desfilan en películas vulgares simplemente para lucir palmito. Ella tiene alma (dos almas, de hecho) y su historia es digna de ser conocida. Además, todo el aspecto visual y narrativo es una lección de ritmo y de puesta en escena. Aquí importa tanto el qué se cuenta como el cómo se cuenta. La cámara está siempre donde tiene que estar, ofreciendo unas escenas realmente elaboradas y cargadas de significados. Por otra parte, en “Beyond Two Souls” aparecen bastantes secundarios, y sorprende que hasta el último de ellos esté escrito de forma tan sensacional… Todo en este videojuego tiene una profundidad que sobrecoge. Es magistral, una obra de arte profundamente lúcida y llena de encanto.
Centrándome ahora en la música, pienso que Lorne Balfe firma aquí la que probablemente sea la mejor obra de toda su carrera. Su implicación con el juego es total y emociona con su presencia. El tema de Jodie es sublime; una melodía luminosa con toques místicos, ideal para describir a la protagonista. Para su amigo el profesor, Balfe compone una pieza también muy hermosa, algo melancólica y ligada a la de Jodie, que aporta serenidad. El ente que acompaña a Jodie también cuenta con su propio motivo; seductor, siniestro y un poco inestable, resulta ser una plasmación musical muy acertada que incrementa la fascinación por dicho ente. El compositor juega con estos tres temas centrales y los somete a numerosas variaciones a lo largo de todo el juego, a veces con carácter minimalista y en otras ocasiones exhibiendo una fortaleza épica. Aparte de esto, hay cierta variedad de temas secundarios para resoluciones concretas, y son también músicas muy expresivas con un tono unificador que le otorga mucha coherencia al conjunto.
Balfe ejecuta aquí una banda sonora interesante, musical y narrativamente. Es una lástima que ahora esté más perdido que un grillo en la oreja de un sordo, porque nada tiene que ver la brillantez de “Beyond Two Souls” con las estupideces que compone habitualmente para el cine. Solo el tiempo dirá si continúa pifiándola o si por el contrario vuelve a la senda de la liberación.