Un hombre, sintiendo que la muerte le ronda, intenta encontrar la paz, proteger a sus hijos y salvarse a sí mismo en la Barcelona de la marginalidad.
El compositor aborda un variado registro de emociones musicales que, aplicadas sobre el guión literario y las imágenes del filme, contribuyen a dar forma al entorno pero muy en especial a las impresiones del protagonista: hay una música fría, aséptica, distante y acústica, que aporta un tono moderadamente desolado y desesperanzado; frente a ella, cálidos temas que permiten hacer aflorar las emociones más o menos ocultas del personaje y con la que también se pincela el filme de cierta ternura, controlada.