La historia real de Maureen Kearney, representante sindical de una potencia nuclear multinacional francesa que se convirtió en denunciante de los acuerdos de alto secreto que sacudieron el sector nuclear francés.
Notable creación que funciona como apoyo a la acción. La historia contiene intriga, drama y denuncia política, y todo ello es abarcado por la música del compositor, que se mantiene en todo momento en segundo plano, no tiene propósitos narrativos pero sí dramatúrgicos. El piano es el instrumento protagonista, evocando en momentos al Grusin de los thrillers de Sydney Pollack, para tensionar las escenas y marcar las zonas de peligro, y en otros es empleado para lo emocional. La electrónica ayuda a recrear un entorno opresivo.