Una artista cómica en decadencia vive de la prostitución en Amsterdam. Alcohólica y deprimida, decide salir del agujero en el que está.
Banda sonora dramática en la que el compositor enfatiza la soledad y abandono de la protagonista, con el refuerzo de un solo de violoncelo y del theremin para expresar su ruptura interior. La sonoridad del cristal se vincula a su alcoholismo y todo se contrasta con una música más lírica y abierta para expresar el mundo exterior, la salvación que anhela.