A punto de cumplir 45, una mujer se da cuenta de que ha vivido siempre para los demás y decide dejarlo todo, tomar las riendas de su vida y cumplir el sueño de tener un negocio propio: para ello convoca a familia y amigos a lo que será una boda consigo misma.
Esta delicada y elegante película que gira en torno a una mujer en busca de su independencia vital (y también su autoestima) cuenta con la poderosa interpretación de una excelente Candela Peña, que hace del todo innecesario más explicaciones -incluidas las musicales- para comprender la dimensión y el calado de su estado anímico, su ansiedad y también su fuerza. Por eso es un acierto que la música de Garde no sea tanto de ella como para ella, constituyéndose así en una música externa, de mirada, de amparo y de afecto de la directora por su personaje, una suerte de voz en off de Bollaín con la música como cuerdas vocales. Salvando mucho las distancias, es un modo de operar parecido al de Truffaut en sus películas con Delerue.
Por esta razón no hay estructura temática destacada salvo un tema con cello y acordeón que puntúa tres momentos destacados en su proceso de liberación, ni hay pretensiones narrativas en una banda sonora que es dérmica y que genera alrededor del personaje un aura de bondad y de protección, ciertamente algo maternalista y amiótico pero nunca edulcorado ni melodrámático. Son diversas las músicas como diversas son las impresiones que se proyectan del y sobre el personaje: sentimental, afectada, cómica, incluso determinada y testaruda. Son músicas que iluminando a la protagonista desde fuera, resaltan su luz interior.
Todo gira en torno a Rosa: los demás personajes sufren su empeño a la vez que reciben las músicas que se proyectan sobre ella, algo que por supuesto también llega a la audiencia. Rosa es una mujer sencilla, transparente, y las músicas son como ella: sencillas y transparentes. Es muy significativo que en el momento de su autoproclamación como mujer libre no haya ni una nota de música y que ya no la vuelva a haber en lo que resta de argumento. Es, ahora, una nueva mujer que ya no necesita esa protección.