Durante los años 40, un equipo especial de policías se entrega de lleno a la de atrapar a un poderoso gánster judío.
La música que durante décadas se ha ido escribiendo para el género del cine negro ha creado escuela, con partituras singulares, especiales, formidables, de distintos autores. En esta película, el compositor ha escrito una creación que bien podía haber sido empleada para un filme de ciencia-ficción o cualquier película de acción convencional, porque la suya es una música llamativa y efectista, pero sin alma, de las que han sido aplicadas en docenas de ocasiones y siempre siguiendo los mismos patrones: fuegos de artificio. Tiene, eso sí, algún momento más o menos destacado, pero en general es la rutina de siempre.