Un pianista trata de escapar de la persecución a la que es sometido en su ciudad de Oriente Medio, donde la música y las modernas maneras de vivir han sido prohibidas por los líderes islamistas extremistas.
El amor, la pasión que siente el protagonista por la música y la desolación que le genera el entorno de hostilidad y persecución es trasladado a la partitur de Yared de modo exquisito y delicado, sin aspavientos melodramáticos ni exceso alguno. La suya es una creación de gran calado emocional que se desarrolla en dos ámbitos: el externo, con turbadores temas para el contexto, y el interno, donde se resalta por la belleza de una música que expresa diáfanamente la esperanza del personaje, su luz interior en un mundo de oscuridades. La belleza de algunos de sus momentos y la natural presencia del piano pero no como instrumento protagonista aporta valor al cariz bravo y heroico, pero también sencillo y humilde, del personaje.