Dos hermanos huérfanos desembarcan en Nueva York a finales del Siglo XIX. Para poder reunirse con su tío, se aventuran como polizones en un tren donde conocerán a un niño con parálisis cerebral. Juntos se embarcarán en un peligroso viaje, enfrentándose a malvados villanos, haciendo inesperados amigos y viviendo situaciones únicas.
Creación de género en la línea estilística de los grandes clásicos musicales del western norteamericano, con poderosa música para el énfasis y engrandecimiento de los escenarios y de la aventura. La música sinfónica aplicada para ello es accesible y retentiva, lo que ayuda a la inmersión en el filme, a dinamizar la acción y el espectáculo. En lo dramático es aún más elegante, especialmente por la exquisitez y delicadeza -nada edulcorada- con la que se aborda al niño con parálisis cerebral, a quien se otorga la mejor música de toda la banda sonora.