La odisea de un joven artesano a quien se encarga el diseño del cáliz que Jesucristo habrá de usar en la última cena.
Banda sonora en la que el compositor aunó lo épico con lo místico, con una música que pretendió reflejar el contexto histórico en que se desarrollaba la película y otorgar un aire religioso, cauto pero sentido. En la extensa partitura hay, además, momentos de elevado dramatismo y un hermoso tema de amor.