Cuatro adolescentes deberán unir sus fuerzas para salvar al mundo cuando una invasión alienígena interrumpe su campamento de verano.
El compositor aplica una banda sonora sinfónica que intenta elevar el filme al nivel de épica y aventura característica de los años ochenta del siglo pasado con músicas de Silvestri, Williams o Goldsmith, algo que finalmente no logra pero por defectos de la propia película, anodina y aburrida. Su trabajo, de todos modos, es muy destacable, con sólido tema principal bien aprovechado, buena estructura de temas y momentos enfáticos.