La historia sigue a Carol Danvers mientras se convierte en uno de los héroes más poderosos del Universo, cuando la Tierra se encuentra atrapada en medio de una guerra galáctica entre dos razas alienígenas.
En la línea de las películas con personajes de Marvel, esta banda sonora sinfónica cuenta con el beneficio de una enorme producción que contribuye decisivamente a dar con la forma y factura espectacular épica y necesaria. Supone, además, la primera vez que una mujer asume el rol de compositora en un filme de estas características, al menos desde Shirley Walker en los noventa. Pero aparte de esto, lo que hay es más oficio que beneficio, que también lo tiene.
Cuenta con un notable tema principal que, de alguna manera, se acerca más a Alan Silvestri que a Brian Tyler o similares, pero más allá de su presentación no se aprovecha mucho, aunque se referencia en diversas ocasiones más como cita que en lo narrativo, lo que hace que, dada la gran cantidad de músicas que hay para otros cometidos, este tema quede diluído y ahogado. En el resto, es sustancialmente una banda sonora dérmica y de resoluciones inmediatas: va pautando los acontecimientos según se suceden sin aportar explicaciones. La combinación entre orquesta sinfónica y la música electrónica es brillante y sirve como reflejo estético (pero no dramático ni narrativo) del duelo entre heroína y alienígenas. La ausencia de un contratema para cada una de las razas es lo que hace que en su conjunto el enorme esfuerzo de la compositora se desmorone un poco. Pero como espectáculo gondolero (y no es peyorativo) es mucho más que aceptable.