El viaje sin destino fijo que, en los años setenta, emprenden en coche un padre viudo y su hijo adolescente, malviviendo de pequeños negocios y de algunos trapicheos que irremisiblemente fracasan.
La importancia física y argumental de la carretera en este filme es notable, no tanto por ser la arteria por la que se desplazan los personajes como porque su aparición en pantalla implica el tránsito entre el final de un episodio y el inicio de otro nuevo en el devenir de la historia. Su destacado tema principal se escucha cada vez que la carretera aparece y, por tanto, se convierte en su identificación sonora, si bien no funciona exactamente como leit-motiv, ya que acaba teniendo otros usos más amplios. El compositor dedica temas a cada uno de los personajes principales: son melodías breves que cumplen una función descriptiva genérica y cuya importancia, en todo caso, queda expresamente supeditada al natural dominio del tema principal.