Un estudiante de Bellas Artes sufre de insomnio como consecuencia del abandono de su novia. Para hacer más llevadera la vigilia, empieza a trabajar en el turno de noche de un supermercado. Allí conoce a gente de lo más variopinta.
Sencilla pero elegante partitura en la que se destaca el empleo del piano y con la que el compositor aporta un tono íntimo, sobrio, que le sirve para ahondar en las impresiones del personaje protagonista, en sus reacciones y en la soledad de su insomnio.