Adaptación de la novela “Otra vuelta de tuerca”, de Henry James, sobre los misterios que rodean la mansión en la que viven dos niños y la mujer que se encarga de su cuidado.
Una de las partituras más insignes del cine español de los últimos años, tanto por sus valores melódicos como los cinematográficos. Esta banda sonora arranca con un apacible y sentido “postmortem” que contiene la esencia melódica de una creación en la que el compositor abarca los aspectos más tétricos y exultantes del relato, manteniendo el término medio de modo estable, de forma que de la combinación de ambos aspectos resulta una composición sólida de coherente evolución dramática. Las melodías que son más sombrías son de una gran belleza, y aquellas que aparentan ser más vitalistas llevan cierta carga melancólica.
El compositor inserta un tema de radiante hermosura que sirve para reflejar la felicidad en la que se desenvuelven las vidas de los niños, y lo contrasta con otra melodía lúgrube en la que participa una soprano y coros, y que refuerza tanto el misterio de la casa en la que viven los menores como las turbulencias de la mujer que se hace cargo de ellos, con un sentido cercano a la piedad religiosa.
El compositor aborda sin problemas la recreación musical del entorno terrorífico gótico y opresivo, pero a la vez sabe cómo multiplicar la emotividad de sus melodías idílicas, que en algunas secuencias resultan ser, curiosamente, la antesala del horror.