La historia de tres vueltas al hogar: la vuelta de Ahysa a las polvorientas estepas de Baikonur, la vuelta de Asylbek a las recónditas montañas de Seit, y la vuelta de Tursyn, que regresa a casa para enfrentarse a lo que queda de su familia.
Esta es una de las bandas sonoras más contenidas y menos melódicas del compositor, que aplica una música introspectiva, existencialista, de apariencia general fría y distante, en algún momento gélida, en la que brotan algunos elementos dramáticos algo más cálidos pero de todos modos muy contenidos, que exponen una cuidada impresión de aflicción, que se inyecta en el interior de los personajes para enfrentarlos a sus entornos. Es, por tanto, una creación de piel adentro, pero no de personajes sino de impresiones, y que generan un ambiente a su alrededor que no es cómodo sino duro y parcialmente inaccesible.