Una militante de la causa palestina acaba por formar parte de una organización sionista dedicada a combatir los actos terroristas.
Además de incorporar los consabidos -y previsibles- elementos folklóricos o étnicos a la música, el compositor aportó un tema de amor tanto para contrarrestar los aspectos más violentos de la película como para dar cierta solvencia al personaje protagonista. Se incluye, junto con otras bandas sonoras, en el recopilatorio Cinemagic (87).