Una mujer que se crió sola se vuelve la sospechosa principal en la muerte de un hombre con el que mantuvo una relación años atrás.
El compositor saca partido a la la música folclórica estadounidense de los Apalaches, lugar donde transcurre la acción, en una creación apacible que se desarrolla hecha con orquesta sinfónica e instrumentos como el banjo, el arpa y también sonidos de caracolas y conchas, obtenidos con soplos y que aportan un tono inquietante, extraño y misterioso. Es variada en temas y sustancialmente se dedica a recrear el entorno aislado y mágico, pero un tema para el personaje aporta los aspectos más humanos, románticos y dramáticos.