Un desesperado publicista en paro que accidentalmente cae sobre una barra de hierro que se le clava en la cabeza y lo deja completamente paralizado. El suceso le convierte en el foco de atención de los medios de comunicación, lo que le dará la oportunidad de intentar cambiar su vida.
Partitura que el compositor desarrolla en dos frentes: por un lado, un tono deliberadamente exagerado para enfatizar tanto el ingenuo optimismo del protagonista (al principio de la película) como lo grotesco y demencial de la situación que se genera alrededor del incidente que sufre; por otro lado, una cuidada y elegante parte dramática que centra en el protagonista y su familia, aislándolos parcialmente de ese entorno, pero que se cierra de un modo intenso y contundente, volviendo en cierto modo al tono inicial del filme, aunque de un modo que aquí no es ingenuo sino determinante. La excesiva presencia de música ahoga en parte la eficiencia de la parte más importante de la partitura, pues esta queda algo saturada, pero en su conjunto se trata de una creación solvente y clara en sus pretensiones.