Un joven está empeñado en ser ingeniero aeronáutico, pero vive en un pueblo minero a mediados de los cincuenta y su ambición parece un sueño inalcanzable.
La música que el compositor ha escrito para este filme sigue la línea bucólica y apacible que ya empleó en anteriores títulos, con melodías inspiradas en el folk norteamericano de las que extrae los trazos más líricos para aplicarlos al ambiente rural, con resultado idóneo.
Aquí, además, remarca un factor más optimista y liberador en la composición, priorizando cuerdas y viento para crear el entorno evocador donde se desarrolla la acción, con temas suaves e intimistas que intensifica a la par que la obsesión del protagonista por el espacio exterior. Se trata de una obra cuya delicada y refinada belleza aumenta a medida que evoluciona, hasta llegar a un explosivo final.