Un alpinista se enfrenta por primera vez a la montaña más peligrosa del planeta, el Annapurna, con el reto de llegar hasta la cima y cumplir así una antigua promesa. En su ascenso sufre un accidente y una alpinista experimentada intentará ayudarle a alcanzar su meta.
La compositora firma una banda sonora con quarteto de saxos, orquesta de cuerdas, piano e instrumentos creados expresamente para recrear la sonoridad de la naturaleza del entorno del filme. Cuenta con un destacado tema principal genérico, cálido y sentimental, y con otros que pautan las emociones y actitudes de los protagonistas, enfatizan su soledad y también su fragilidad. La música en su conjunto es muy elegante y cuidada, mostrando en todo momento una gran transparencia y pureza, que es lo que más beneficia al filme por lo que impacta a los personajes. En lo explicativo, sin embargo, resulta algo menos lograda y acaba siendo algo confusa e imprecisa, con menos consistencia en la continuidad dramática. Es con todo notable en lo ambiental y en algunos momentos concretos en los que resulta muy expresiva, logrando focalizarse en lo más íntimo en un contexto externo tan inmenso.