En un futuro cercano, Estados Unidos está sumido en una cruenta guerra civil. Un equipo de periodistas y fotógrafos de guerra emprenderá un viaje por carretera en dirección a Washington DC. Su misión: llegar antes de que las fuerzas rebeldes asalten la Casa Blanca y arrebaten el control al Presidente de Estados Unidos.
La banda sonora de esta película funciona en dos ámbitos: la música original y las canciones preexistentes. La primera es menos interesante: se sustancia en electrónica e instrumentos reales y destaca un motivo de cinco notas con guitarra relacionado con el personaje de Kirsten Dunst y que se amplía al resto de personajes. Este motivo y el resto de música de los compositores aporta desaliento y también devastación, se emplea circunstancialmente y no evoluciona ni llega a una conclusión. Básicamente genera atmósferas enrarecidas que se corresponden con el contexto real del argumento.
Absolutamente diferente, y con resultados muy superiores, es el uso de las canciones preexistentes, que funcionan por contraste (incluso irónico) y que mantienen viva la llama de unos Estados Unidos que existieron pero que solo se recuerdan por esas canciones. Son estas:
Este álbum solo recoge la música original, no las canciones.