Séptimo episodio de la segunda temporada de la serie televisiva. Adar ataca Eregion. En la ciudad, Celémbribor se rebela contra Annatar. Galadriel y Elrond acuden en auxilio.
(SPOILER)
Reseña de Ignacio Marqués:
En este climático episodio -hasta el momento el más espectacular de toda la serie- McCreary eleva la intensidad de todos los conflictos que, a nivel temático, se vienen desarrollando desde el inicio de temporada y los hace converger por fin, desatando incluso algunos de los temas que aún no habían conocido su momento álgido, como los de Elrond y Durin. Todo el episodio se focaliza en la batalla de Eregion y en Khazad-Dûm.
Celebrimbor, a punto de finalizar los nueve anillos para los hombres, sigue prisionero del hechizo de Sauron pero centrado en terminar bien el trabajo: la primera escena del episodio cuenta con una versión positiva del tema de los anillos, que refleja también el esmero y la buena fe que ha sido puesta por el creador. Esta versión luminosa del tema vuelve a ser reiterada cuando le explica a Annatar que ha logrado encontrar la verdadera inspiración gracias a él, por haberle aislado del mundo (sin saber aún que en realidad es prisionero de Sauron, aunque sospecha). El tema, junto al del poder, se irá oscureciendo conforme comienza a sospechar más de Annatar. Ambos suenan oscuros cuando Sauron dice que será un momento triste en cuanto ambos se separen, al concluir el trabajo. Cuando Celebrimbor descubre el hechizo de Sauron y se rompe, contempla la destrucción de la ciudad mientras una versión muy débil del tema de Eregion expone de forma muy trágica su sentimiento de culpa pues no solo ha fracasado como regente, sino que lo ha perdido todo.
Cuando desvela la identidad de Annatar a Mirdania y los guardias nadie le cree (el tema de Sauron no suena) y estos les dan por loco. Sin embargo, el tema reaparece cuando Sauron le dice que quiere los anillos para crear una paz duradera. Al escapar de su cautiverio (ya con los anillos terminados) el tema de Eregion vuelve a enfatizar la tragedia mientras atraviesa la ciudad en llamas. Cuando se encuentra con Galadriel, vuelve a proyectarse una vez más en la versión positiva del tema de los anillos mientras explica que una parte de él intuía que Annatar era un impostor, pero la otra quería lo que Annatar le ofrecía: la creación de los anillos.
Sauron juega un papel mucho más discreto respecto al anterior episodio mientras espera a que Celebrimbor finalice los anillos y a que sus enemigos se destruyan entre ellos. Así ocurre también con su música, que permanece enrocada como el personaje, dentro de la ciudad y de cuya destrucción es responsable. Cuando, de manera inesperada para Sauron, Adar toma la iniciativa en la batalla, la música de Sauron desaparece por completo durante todas esas maniobras: ha perdido el control de la situación. Cuando Celebrimbor rompe el hechizo y descubre que Annatar es Sauron, el disfraz musical también se rompe y el tema revela por fin al Señor Oscuro. Más adelante, cuando Sauron vuelve a recluir a Celebrimbor, este le revela que quiere crear un mundo diferente al de Morgoth, mientras suena la versión hermosa de su tema que, en cualquier caso, ya no puede hacer efecto en Celebrimbor.
Adar cuenta con un gran protagonismo en este episodio y su música es expandida por sus tropas, acompañada numerosas veces por la marcha de los orcos. Cuando arrebata la iniciativa a Sauron utilizando las catapultas contra la montaña para improvisar un dique que permita acercar sus tropas a las murallas, lo mismo ocurre musicalmente: la música de Sauron no suena cuando este se percata y la de Adar toma el control. Cuando las tropas se aproximan a las murallas de la ciudad, el tema suena junto a la marcha de los orcos con toda su fuerza. Cuando aparecen los elfos para hacerles frente, el tema responde también musicalmente, sin achantarse. En las negociaciones con Elrond, es el tema de Adar el que suena y no el de Elrond, pues está en una posición de fuerza al tener a Galadriel en su poder. En la escena en que se despide de los orcos fallecidos en combate, suena la versión hermosa con coros del tema de Adar que muestra ese otro lado más compasivo del personaje cuando “sus hijos” sufren o mueren. Al final de la batalla, los orcos logran atravesar las murallas de la ciudad mientras suenan imparables el tema de Adar y la marcha.
Damrod, el troll del ejército de Adar, fue presentado con música propia en el episodio tres de esta temporada y es durante la batalla cuando el personaje (con su poderoso tema acompañado por voces guturales) tiene su momento de gloria. Seguramente, es uno de los arcos musicales más básicos de toda la serie pero resulta muy simpático que McCreary ponga tanta atención incluso en personajes tan secundarios.
Arondir logra llegar a tiempo a la batalla con su poderosa música (ahora vengativa) y vislumbra la destrucción de la ciudad mientras el tema de Eregion expone su vulnerabilidad: suena como pidiendo auxilio. En la batalla, el tema de Arondir suena poderoso aunque el personaje resulta herido de gravedad por Adar.
En Khazad-Dûm, el tema del reino sigue sonando deprimente cuando Narvi explica al rey que Eregion está bajo asedio y los elfos piden ayuda a los enanos. El demente monarca sigue insistiendo en que deben cavar más profundo para seguir extrayendo mineral mientras suena, muy oscuro, el tema del poder. Durin (junto a Disa) sigue oponiendo resistencia a los delirantes deseos de su padre, del mismo modo que lo hace su música (no escondiendo cierta debilidad). Pero cuando Narvi cambia de bando y se une a Durin, el tema comenzará a sonar cada vez mucho más firme, como en la escena de la arenga ante todo el reino enano. En dicha escena Durin se gana todos los elementos musicales del reino: el tema, el ostinato y los coros masculinos, sonando todo a la vez en una poderosísima variación. Finalmente, cuando Durin se dispone a salir de Khazad-Dûm con el ejército, suena por primera vez una versión poderosa de su tema: la del Durin guerrero, acompañada por el ostinato del reino.
Elrond cuenta musicalmente con un gran protagonismo en este episodio. Primero, en Khazad-Dûm, el personaje se presenta ante Durin con su afable música pero que también expresa su precupación, especialmente cuando Durin le revela que también está en una situación delicada pues quiere derrocar a su padre. En la batalla de Eregion, al igual que hace el personaje, el tema toma el liderazgo ante la ausencia del tema de Gil-Galad (cuya ausencia es del todo incomprensible cuando el rey de los elfos toma el liderazgo de los elfos al final de la batalla). El tema conoce variaciones épicas y enfáticas, nunca antes escuchadas en la serie, que eleva con creces la fortaleza del personaje. La ausencia de la ayuda prometida por Durin hace que los elfos pierdan la batalla, y exponiendo ese sentimiento de derrota es como suena el tema del elfo, que queda expuesto ante Adar y finalmente le arrebata el anillo.
Galadriel se encuentra prisionera gran parte del episodio, pero su música brilla particularmente en la polémica escena del beso de Elrond, algo ambigua. Aquí, la música podría interpretarse como la respuesta a Elrond cuando este le pide que le perdone (si entendemos que se disculpa por todas las diferencias que tuvieron en pasados episodios). Sin embargo, el beso tiene también una finalidad: que Elrond pueda acercarse lo suficiente a Galadriel para pasarle el broche con el que poder liberarse de sus ataduras. En todo caso, de una manera u otra, la música hace que el afecto mostrado por Elrond sea correspondido por Galadriel. También se utiliza su tema cuando consuela a Arondir y cuando aparece en la ciudad para ayudar a Celebrimbor.
Por último, en este episodio por fin se utiliza el tema de la primera temporada Nolwa Mahtar (“Guerrero valiente” en Quenya) como un nuevo tema central de la serie. McCreary creó este tema sin plantearlo como tal en la escena de la persecución de Galadriel y Adar del sexto episodio de la primera temporada, sin intención de darle continuidad. Por lo que quedó relegado como tema secundario de una gran categoría musical, pero sin significado. En esta segunda temporada, el tema ya fue utilizado en el título de cabecera de la serie en el primer capítulo, dando a entender que no solo pasa a ser un tema central de la serie, sino que además cuenta con un significado importante. Efectivamente, la letra del coro habla sobre el guerrero defensor de la Luz que lucha contra la Oscuridad, desde el punto de vista del bando luminoso. Eso es lo que esta música representa y por ello suena cuando el ejército élfico de Gil-Galad aparece cargando contra el ejército de Adar. Se utiliza en varias ocasiones a lo largo de la batalla.