Dos marginados, un gigoló y un tuberculoso, se conocen en la ciudad de Nueva York y se establece entre ellos una mútua dependencia.
Bella partitura en la que destacó una canción, "Everybody's Talking" (de Harry Nilsson), que no fue creada por el compositor, quien sin embargo escribió una serie de melodías intimistas de cariz netamente norteamericano, y que sirvieron para dar al filme el adecuado tono urbano.