Un adolescente, empeñado en que su madre deje la profesión de strip-teaser, intenta apoderarse de un cargamento de droga para poder venderla.
Anodina partitura dramática resuelta en base a guitarra acústica, ocasional saxo, y mucho sintetizador con el que se pretende dotar al filme de un tono ambiental melancólico, pero que en su resultado final es desangelado y frío.