En el Londres de 1934, una actriz se ve envuelta en una oscura situación que involucra a un crítico teatral gay y al director del periódico en el que este escribe.
El compositor firma una sencilla creación que desarrolla en los terrenos de lo evocador y sentimental, por una parte, y del thriller por la otra, siendo mucho más interesante en la primera. Funciona bien como elemento que impregna de melancolía el filme, y su tema principal es hermoso, pero acaba por resultar reiterativa y poco desarrollada.