Secuela de Critters (86), en la que los monstruos alienígenas han dejado sembrados unos huevos, de los que salen nuevas bestias atacantes.
Partitura mucho más ligera y desenfadada que la del filme original, se sustenta en melodías paródicas y humorísticas, deliberadamente exageradas, con predominio de lo orquestal sobre lo electrónico.