En Texas, en 1978, una ex estrella de rodeo y criador de caballos retirado acepta el encargo de traer a un niño desde México para alejarlo de su madre alcohólica.
A pesar de no tratarse de una banda sonora creada por el propio director, al menos su tema principal, su estilo y su modo de entender la música se plasma en cada nota de Mark Mancina, especialmente en un tema principal nostálgico, con guitarra, que evoca a tantos otros de Eastwood. En lo demás, se sustancia en músicas de inspiración folk cálidas y sentimentales y otras más dramáticas y turbias. Es muy sencilla e intimista, pero le falta algo de fortaleza.