Un hombre con problemas económicos que recurre a una aplicación para compartir su coche tiene un asiento fijo para una chica de la que está enamorado. Pero un inquietante pasajero provocará un radical cambio en el rumbo de los acontecimientos.
Reseña de Javier González:
En su nueva colaboración con Álex de la Iglesia, primera comedia juntos desde Crimen ferpecto (04), 18 años atrás, Baños construye la banda sonora en torno a un tema principal romántico y luminoso, despojado del patetismo o sentido de lo grotesco que caracterizaba sus anteriores partituras cómicas con el director vasco. El tema es presentado de forma completa en los primeros minutos de película, estableciendo de forma clara su principal cometido, el de remarcar los sentimientos de amor de la pareja protagonista, interpretada por Blanca Suárez y un hilarante Alberto San Juan. Es una preciosa y sencilla melodía de sonoridad añeja, incluso con ligero aire morriconiano, que va guiando la historia con múltiples variaciones. Es, sin duda, lo mejor de toda la partitura.
Hay un tema secundario dedicado al personaje de Ernesto Alterio, representado acertadamente con música jazz debido a su carácter imprevisible y caótico, siendo el principal elemento disruptor e impulsor de la trama de la película. En la parte final, cuando la película se torna hacia el cine policíaco, ganan presencia otras músicas más tensas y en clave de thriller, incluido un breve motivo aplicado al personaje de Carlos Areces, pero son menos interesantes que la sección romántica de la partitura, que es donde el compositor consigue brillar gracias al magnífico uso del tema principal. Es utilizada también una música preexistente, la canción Mr. Blue Sky de la Electric Light Orchestra, que aparece en dos ocasiones: primeramente de forma diegética durante los créditos iniciales a los diez minutos de película, cuando ya han sido presentados previamente el tema de amor y el tema de jazz. Los personajes la reproducen y la cantan en el coche al comienzo del viaje, estableciendo un tono optimista y alegre. La segunda aparición es en el cierre de la película, manteniéndose en los créditos finales y contribuyendo al final feliz. No molesta ni entorpece la narración, puesto que comienza justo después de que el tema principal ya haya completado de forma satisfactoria su arco narrativo con una versión heroica y grandilocuente, así como una variación especialmente intensa y romántica que culmina de forma notable el clímax final de la película.