Un joven punk, enfermo terminal, intenta sobrellevar su situación en los últimos momentos de su vida.
La abundancia de canciones en la película, cuya presencia es ambiental, deja poco espacio para la música original del compositor, que se inserta en los breves momentos de soledad del protagonista. Se trata de un adagio emotivo y sentido, de gran belleza. Se incluye esta pieza en este recopilatorio, junto a Se acompaña de Buen viaje, Excelencia (03), Asesinato en febrero (01), El partido del siglo (98), El ojo de la cámara (98), Lluvia en los zapatos (99).