El espíritu del dios guerrero Maijin se encuentra atrapado dentro de una gigantesca estatua de piedra escondida en la montaña, y su furia golpea como un terremoto a los pobladores de una villa en plena era feudal japonesa.
Partitura de intensas y graves melodías, que aportan un tono misterioso pero también amenazante, poderoso, de un modo más sutil que explícito, salvo en el tema principal.