Cuando su mujer e hijo mueren por un atentado terrorista, un bombero decide ir en busca del responsable y viaja tras su pista a Colombia.
La decadencia de este tipo de películas es pareja a la cada vez mayor mediocridad en las creaciones musicales que las acompañan. Pocas son las ocasiones en que el compositor ha estado tan mal y tan poco inspirado, con una irritante partitura electrónica que busca, en su combinación con la orquesta, dotar de cierto ritmo y suspense al filme. Pero, aparte de ser lo mismo de siempre, lo que se ha escuchado en cientos de ocasiones, no hay una mínima cualidad que pueda resaltarse en esta creación. Por no tener, ni se aprecia coherencia estilística.