Una mujer divorciada lucha para obtener la custodia legal de su hija, pero su exmarido no está dispuesto y saca a relucir su pasado de alucinaciones y tratamiento psiquiátrico. Ambas se instalan en un apartamento donde la persistente presencia de agua sucia en el nuevo edificio parece el heraldo de los peores presagios.
El compositor aplica una elaborada creación hecha sustancialmente con electrónica para recrear un entorno de misterio que progresivamente es más opresivo y claustrofóbido, atenazando a las protagonistas. Como contrapunto, música dramática y sentimental que expone la fragilidad de las víctimas.