Una mujer se muda junto a sus padres y su hermano pequeño a una casa apartada en el campo. Allí, el niño empieza a hacer dibujos extraños y aparece cada mañana con moratones en el cuerpo. La mujer teme que en esa extraño caserón hay algo oscuro y terrorífico que quiere destruirlos.
En su propósito de recrear un ambiente turbio y siniestro, el compositor intenta hacerlo con un tema principal que luego no es bien aprovechado, por demasiado obvio e inconcreto. El empleo de coros y los excesivos efectos sonoros acaban resultando un lastre, que empeora con la aplicación de un inadecuado jazz.