Documental que traza paralelismos entre la presidencia de Abraham Lincoln y la de Donald Trump.
El compositor intenta contruir un discurso musical que se estrella contra la realidad de que es para un documental muerto, mal construido y peor explicado. De nada sirve lo enfático, lo elegíaco y lo dramático que además resulta en su conjunto descoordinado y parcheado, sin estructura ni desarrollo. No es mala música en sí, pero es irrelevante en lo cinematográfico.