Unos científicos hacen pruebas con un tiburón, que se convierte en un animal gigantesco y sanguinario, poniendo en peligro a decenas de personas.
Partitura en la que se recurre a un conjunto de temas efectistas llenos de impactos sonoros, en la pretensión de crear una atmósfera opresiva y asfixiante. Pero el resultado es una obra obvia y previsible, nada arriesgada, que puntúa la acción de forma exagerada, lo que, en realidad, sirve para paliar la falta de inventiva de su autor.