Un hombre y una mujer viven en pequeños e incómodos apartamentos, uno al lado de otro. Ambos están casados, pero la mutua compañía hace que sobrelleven su agobiante monotonía.
Un triste y apaciguado vals es el eje central sobre el que se vertebra música y argumento, remarcando además el contraste entre lo bello y lo que es, en el fondo, un monótono aburrimiento del que no parecen saber huir los personajes, ni en sus vidas ni en sus comportamientos. La melodía principal sirve a estos propósitos y se aplica precisamente en los momentos de mayor rutina, sin que se le otorgue una perspectiva liberadora, sino repetitiva, aunque con ciertas variaciones. Se le da un empleo dramático, en contraste con canciones de Nat King Cole, que cumplen con la misma función, pero diegéticamente