Tres bandidos se refugian en una granja donde viven un anciano y su nieta.
Partitura de gran intensidad dramática, en la que sobresale el empleo de la guitarra y de contundentes instrumentaciones en una creación a ratos sinfónica y en otras más moderada. Está dotada de belleza en algunos de sus temas, a los que se oponen otros de acción y amenaza.