En el futuro, una inmigrante rusa que trabaja limpiando baños y una soberana poseen la misma composición genética, lo que coloca a la primera como un objetivo a ser eliminado. El elegido para llevar a cabo el homicidio es un sicario espacial, pero su viaje a la Tierra no será tan sencillo como pensaba y finalmente decide ayudar a la muchacha a convertirse en líder del Universo.
El compositor firma una banda sonora sinfónica que sustancia en una implacable lucha entre un tema principal y su contratema, dos músicas antagónicas que batallan por imponerse en un contexto en el que otras músicas recrean el entorno del espacio, infinito y futurista, muy épico y categórico. El tema principal es la música de la virtud, de la esperanza, de lo heroico, y se atribuye naturalmente a los protagonistas. El contratema es la música del poder, de la opresión, de la violencia, y se referencia a aquello contra los que los primeros luchan. Este duelo se fortalece por la alta categoría de ambos temas, muy solemnes y por el apoyo de coros y de otros temas que refuerzan las posiciones de ambos. Es un enfrentamiento del Bien contra el Mal, de Luz contra Oscuridad llevado al terreno de la música y que se desarrolla en un campo de acción violento pero también muy lírico.