Durante una misión de rescate, la directora de una organización de ayuda humanitaria conoce a un apasionado médico que ha dedicado su vida a trabajar en los países más peligrosos del continente africano. Se enamoran e inician una relación en medio de la barbarie que los rodea.
Las reflexiones con voz en off de los protagonistas y la música se acercan en demasía a The Thin Red Line (98). Zimmer es aquí parte del problema, a pesar de sus mejores intenciones, pues su música aunque es bella intenta aportar un tono reflexivo y filosófico semejante al de la película de Malick aunque acaba resultando impostado y cansino. Es una de sus creaciones más desafortunadas, a pesar de contar con las voces de Eddie Vedder, Mary J. Blidge y Suki Waterhouse, pero también por la abundancia de temas preexistentes que conforman un conglomerado musical que, aunque estéticamente homogéneo, interfiere con el desarrollo dramático de su música: entre ellos Tajabone, de Ismael Lo, que había sonado en Todo sobre mi madre (99), de Pedro Almodóvar.