Un policía persigue desde Dinamarca por toda Europa al asesino de su compañero, mientras se suceden por el continente una serie de atentados terroristas.
El regreso al cine como director de Brian De Palma tras Passion (12) muestra a un director apagado, sin nada nuevo que mostrar y sin el pulso que le caracterizara durante tanto tiempo. Este es un De Palma decadente, crepuscular y apático... pero con un Donaggio en plena forma que aporta al filme aquello con lo que ambos cineastas tanto se significaran: pulso, fortaleza y pasión. Aquí hay desequilibrio evidente y, como sucediera por ejemplo en Marnie (64) donde Herrmann se mantuvo allá donde Hitchcock decaía, aquí ocurre que Donaggio cumple con creces su cometido... pero en una película que está clínicamente muerta. Aquí, como en otros títulos con el director, el compositor aplica música de intriga con temas dramaticos hermosos y elaborados. Se destaca por su poderoso tema principal y por la sólida evolución del conjunto de la música en el filme.