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Quinto episodio de la segunda temporada de la serie televisiva. Galadriel sopesa una propuesta. Elendil afronta un juicio. El Extraño se halla en una encrucijada. Los planes de Sauron dan fruto.
(SPOILERS)
Reseña de Ignacio Marqués:
En este capítulo -uno de los más notables en estas dos primeras temporadas- McCreary logra alcanzar un estadio superior de desarrollo y madurez narrativa en el que muchas de las tramas van germinando musicalmente, llegando a puntos de destino que durante tantísimos episodios se han ido cocinando a fuego lento. Este podría ser el caso de los fieles, pero igualmente de Sauron, de Adar, de Khazad-Dûm o de Celebrimbor (proyectado en el tema del poder de los anillos).
El capítulo comienza con Arondir dando caza a unos orcos que han desertado del ejército de Adar. El tema del elfo se siente ahora particularmente poderoso por lo que explica nuestro compañero Gabriel Yong:
El que fuera tema de amor de Arondir y Bronwyn ya no funcionará más como tema de amor sino que pasa a ser el tema de la sombra de Bronwyn. Se proyecta tanto en él (Arondir) como en Theo (el hijo de Bronwyn).
Siendo que los orcos de Adar fueron los que asesinaron a Bronwyn, ahora, cada vez que Arondir lucha contra orcos de Adar, el tema aporta un halo de venganza en Arondir, cada vez que suena en dichas circunstancias.
En la trama de Eregion, el tema del reino (que solo había sido presentado en el segundo capítulo y citado una vez en el quinto) adquiere mucha importancia. En la primera escena suena muy apagado y débil (el espectador sabe que el ejército de Adar se dirige hacia allí) y además las cosas no van bien para su regente Celebrimbor, quien no logra dar con el diseño adecuado para los anillos de los hombres. Variaciones del tema son usadas cuando el propio Celebrimbor se da cuenta ante Annatar de que está tan encerrado en el proyecto que descuida los asuntos importantes de su reino. Annatar se hace cargo de sus funciones y suena el tema de Eregion de manera que deja a la población completamente expuesta ante Annatar. Pero cuando los ciudadanos se preparan para defenderse del ataque de Adar, el tema forma parte también en la ilusión que crea Sauron, haciendo creer a Celebrimbor que todo en la ciudad sigue en orden para que complete los anillos.
La música de Sauron también forma parte de este nuevo engaño, volviendo a sonar muy hermosa, digna de un enviado de los Valar. El tema del poder de los anillos vuelve a ser aquí utilizado de nuevo en Celebrimbor, pensando en que debe finalizar su proyecto. También es usado el tema de los anillos en una versión oscura al comienzo del episodio cuando Celebrimbor le dice a Annatar que nada es más importante que la creación de los últimos anillos (revelando el tono del tema que lo que dice Celebrimbor complace a Sauron) y suena también en una versión luminosa y muy hermosa cuando, al final del episodio, Celebrimbor ha caído una vez más en la trampa de Sauron.
Por su lado, el tema de Sauron alcanza un nivel de expansión máximo, no solo a través de su avatar Annatar en Eregion, sino en prácticamente toda la Tierra Media, generando la impresión de que el Señor Oscuro está en todas partes y tiene el verdadero control de todo. En Eregion, el impostor toma las funciones de Celebrimbor como líder de la ciudad y el tema de Sauron no solo muestra que tiene la ciudad a su merced sino que su amenazante ostinato también revela cuando mira hacia fuera de las murallas que tiene a Adar justo donde él quiere. Adar y Galadriel le recuerdan y le temen con su música. El propio Annatar también se encarga de ir personalmente a Khazad-dûm para proveer a Eregion de más Mithril (que tanto necesitan para forjar los anillos). Allí, el tema de Sauron suena inmediatamente cuando Annatar se presenta ante Durin: la música de Sauron no puede esconderse tras el avatar ya que Durin hijo desconfía por completo de Annatar y sus oscuras intenciones.
En Númenor, el tema de Sauron (junto al ostinato) también vuelve a sonar mientras Pharazôn ve a Halbrand (Sauron) a través de la piedra palantir. ¿Pharazôn sabe que Halbrand es Sauron o McCreary quiere explicar que hay mucho más detrás de todo esto? La conclusión es que Sauron está en todas partes y, para el espectador, su música también funciona como piezas suyas en el tablero de su gran juego.
En Númenor, el primer plano cenital de la ciudad sitúa en esta nueva era que está viviendo el reino, gracias a la música: suenan las percusiones y acompañamientos del tema que nuestro compañero Manuel Báez explicó que tomaban mayor protagonismo en la escena del golpe de estado del capítulo 3. El tema, ahora con predominio de instrumentos de cuerda orientales, sigue sonando corrupto -secuestrado por Pharazôn- cuando condena a Elendil por alta traición. La debilidad del tema del reino contrasta enormemente con la fortaleza del tema de los fieles cuando Elendil se niega a aceptar a Pharazôn como rey legítimo. Míriel ha interiorizado por completo la música de los fieles, y se presenta con ella ante Elendil cuando está prisionero. Cuando Elendil dice a Míriel que será la voluntad de los Valar si sobrevive, aparece en el tema una nueva contramelodía (no se sabe si para conectar más a Míriel y Elendil a partir de ahora o para llevar el tema a un nuevo estado de evolución). En la escena de la prueba, Míriel sobrevive al monstruo marino y el tema surge más triunfante que nunca, elevando nuevamente a Míriel y empequeñeciendo a Pharazôn.
En Rhûn, Tom Bombadil -con su amigable música- ayuda en su función de mentor al extraño, quien debe elegir entre ayudar a Nori o afrontar la prueba de encontrar el bastón. La duda en esta elección es también reflejada en su tema. En la aldea de los fuertes, ante el temor que causan los rastreadores del Mago Oscuro, Nori plantea que emigren a otro lugar, a lo que la líder responde que los fuertes están muy conectados emocionalmente con su hogar mientras suena la música de la tribu que habla sobre esta conexión con el lugar. Nori se compromete a sacarlos del apuro mientras suena su bondadoso tema, que gana fuerza y vuelve a ser radiante cuando Amapola apoya a su amiga.
En Khazad-dûm, en la primera escena, los enanos trabajan sin descanso en la extracción de Mithril mientras suenan a la vez el tema del reino con su ostinato -apremiante- y el tema del poder de los anillos/Mithril -haciendo el coro énfasis en la abundancia de mineral extraído- hasta llegar a Durin III en su trono y oscurecerse el tema del reino con coros masculinos muy graves (exponiendo la avaricia y la decadencia del rey). Ante la creciente locura de su padre tras el encuentro con Annatar, Disa pide a Durin que se enfrente a él. Muy apenado, suena su tema acompañado por los coros masculinos del reino, como una llamada de que es lo que debe hacer pese a tener que ir contra su propio padre. El tema vuelve a recuperar su humor (y el de la pareja) cuando Disa logra ahuyentar a Narvi.
Por último, justo antes de que llegar al clímax de la temporada (la batalla de Eregion), Adar intenta convencer a Galadriel (también con su música, sonando más amigable que de costumbre y haciéndole parecer razonable) de que elfa y uruk han de unirse para vencer a su enemigo común: Sauron. Cuando Galadriel accede, es liberada y también recupera el control de su música. Sin embargo, pronto descubre que Adar la ha engañado para extraerle información y que, a su vez, Adar ha sido engañado por Sauron. Adar no hace caso y se dispone a atacar con sus tropas y con todo el poder de su música. En la escena final se produce uno de los mayores choques temáticos de toda la serie, en el que llegan a sonar tres temas al mismo tiempo: el de Galadriel, la marcha de los orcos (Nampat) y el ostinato de Sauron. Cuando el caos se apodera de la ciudad de Eregion ante el inminente ataque de Adar, el tema de Sauron se yergue con absoluta firmeza y el ostinato lo cubre absolutamente todo, incluido el ejército de Adar: todo está bajo su control.
