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Segundo episodio de la segunda temporada de la serie televisiva. La oscuridad se apodera de Khazad-dûm. Sauron y Galadriel buscan cada uno nuevos aliados. El Extraño y las Pelosas topan con una amenaza cada vez mayor.
Reseña de Ignacio Marqués:
(SPOILERS)
La primera escena del capítulo adelanta cuál será la siguiente jugada de Sauron en su gran juego del engaño, explicándose tan solo con un mapa de la Tierra Media y con la música de McCreary: una sombra se propaga desde Mordor hasta Khazad-Dûm mientras suenan tanto el tema como el ostinato de Sauron. Un plano en travelling se adentra a Khazad-Dûm desde el exterior hasta el interior de la mina mientras sigue sonando la música de Sauron, creándose así el efecto de que Sauron entra en el reino de los enanos y luego el tema de Khazad-Dûm suena completamente contaminado por el ostinato de Sauron. Al final del capítulo, de la conversación entre Sauron y Celebrimbor se puede deducir que, efectivamente, el problema que tienen los enanos en Khazad-Dûm ha sido obra suya, pues lo menciona.
Respecto a la trama de los enanos, las heridas entre Durin padre y Durin hijo siguen abiertas. Del primero, el orgullo, la testarudez y la incondicional creencia en las tradiciones, son magnificados mediante el tema del reino; del segundo, la delicada situación por la que está pasando a nivel familiar, como príncipe desheredado, y tras la caída en desgracia de su esposa como cantante de piedra, se expone la delicadeza interior del personaje mediante su tema propio. Un sentimiento que el personaje intenta ocultar pero que su música no calla.
En cuanto a Galadriel, resulta especialmente reveladora la escena del sueño en el que la dama élfica honra la memoria de su hermano plantando unas semillas ante su estatua, y el tema de la elfa expresando el amor por su hermano asesinado. El sueño es inmediatamente corrompido por Sauron y su ostinato y, finalmente, surge una poderosa versión del tema de los anillos al tiempo que Sauron recita a través de un Celebrimbor poseído el verso de Tolkien acerca de los anillos sometidos ante el único del Señor Oscuro. Esta escena refuerza notablemente el vínculo del tema de los anillos con Sauron y con el Mal que podría producirse con esos anillos. Toda esta revelación es compartida por Galadriel con Gil-Galad, explicándole que Sauron someterá a todos los pueblos a través de los anillos mientras el tema del Señor Oscuro suena acechante. El tema de Galadriel también expone su vulnerabilidad ante Sauron mediante una delicada flauta cuando pide a Elrond que le ayude a ir tras él y así no consiga manipularla de nuevo, pero el tema recupera su entereza cuando descubre que él liderará la búsqueda y ella quedará a sus órdenes, planteándose musicalmente como un nuevo desafío para la elfa. El tema de Elrond, por un lado, se utiliza para exponer la decepción de Galadriel y, por otro, para desvelar que el elfo no parece estar complacido con su propia manera de actuar, pero no tiene más remedio.
La trama de Sauron evoluciona considerablemente, logrando engañar a Celebrimbor haciéndose pasar nuevamente por Halbrand, primero, y luego por Annatar (un enviado de los Valar), recurriendo primero al tema de las Tierras del Sur como Halbrand, luego produciéndose transformaciones en la música de Sauron mediante variaciones hermosas (incluso seductoras) y finalizando el proceso de engaño con el poderoso tema de los anillos al desvelarse finalmente como Señor de los anillos. Es decir, la vinculación de Sauron con el tema de los anillos queda en esta escena plenamente consolidada. Por el contrario, el tema del poder de los anillos es utilizado en varias ocasiones aportando diferentes matices sobre su magia y neutralidad. Por ejemplo, cuando Galadriel y el rey de los elfos se revelan mutuamente que, tras haberse puesto el anillo, son capaces de ver en sueños lo que aún está por venir. O cuando Cirdan hace uso del poder de un anillo en el río mientras insiste a Elrond sobre la importancia de utilizar los anillos únicamente para hacer el Bien. La dualidad de ambos temas se consolida aún más en este capítulo.
Respecto al nuevo tema que parecía atribuirse a las tierras de Rhûn en el anterior capítulo (que en cualquier caso solo aparecía vinculado al rastreador que acechaba a Nori y el extraño -en dos ocasiones- y nunca como tema del lugar) aquí la música de aire oriental y voces búlgaras acaban conduciendo a Caras Gaer, bastión de un misterioso mago al mando de las Místicas (cuya música no aparece en ningún momento, tal vez, debido a la ineficacia demostrada ante el extraño y que ahora sabemos que son siervas del misterioso hechicero). Más adelante, el tema no solo no es utilizado mientras el extraño y las pelosas deambulan por Rhûn sino que reaparece únicamente cuando los siervos del misterioso mago les asaltan, lo que lleva a deducir con seguridad que esta música pertenece exclusivamente a la facción que lidera el hechicero, y no al territorio de Rhûn (que no tiene tema alguno sino diversas texturas musicales).
Otro tema nuevo de la temporada que aparece por primera vez en este capítulo es el de Eregion, el reino que regenta Celebrimbor. Solo es aquí presentado, pero si McCreary ha decidido otorgarle un tema central en esta segunda temporada tendremos que esperar para entender qué nos deparará más adelante.
