Un joven cargado de deudas decide embarcarse en un barco para pagarlas... sin imaginar las sorpresas que se encontrará a bordo.
Banda sonora ambiental y de acción en exceso dependiente de la música electrónica, con la que los compositores pretenden recrear, sin acabar de lograrlo, un entorno irreal, demencial y delirante. Al final la música acaba por resultar monótona y rutinaria, muy reiterativa y sin nada significativo que aportar más allá de ir enfatizando las acciones. La ausencia de magia y de músicas que tengan un mínimo interés (en especial las dramáticas) hacen irrelevante a esta creación.